miércoles, 22 de febrero de 2012

Es el momento de la unidad


    Parece que los grandes grupos financieros, la banca y las grandes empresas son insaciables. No dudan en utilizar todos los recursos posibles, legitimados o no, legales o de dudosa legalidad, represivos cuando reciben respuesta o pacíficos cuando consiguen convencer o adormecer, para seguir exprimiendo a la mayoría social. Así, han decidido, sin contar con los afectados, que la sanidad pública es excesiva y que es
mejor pagarla; que es preferible que cada uno se costee unas jubilaciones dignas; que la sociedad formada, con una educación de calidad pagada por el Estado, es un gasto superfluo que hay que reducir hasta su mínima expresión. Así, a cada medida que emprenden los gobiernos le sigue una nueva más criminal. Atacan sueldos (con reformas laborales o con bajadas directas a los empleados públicos), reducen personal, se dirigen contra las ayudas y becas, aumentan las ratio, no llega dinero a los centros, atacan a interinos… y vuelta al principio. Creer que la siguiente es la última reforma es hoy de ilusos. Los recortes se extienden a todas las comunidades autónomas y a todos los sectores sociales. Prácticamente no hay colectivo o grupo social que no haya sido tocado por las políticas de ajuste y austeridad que los gobiernos aplican.

   Pero es inevitable que los ciudadanos tomen conciencia y que respondan a las agresiones. El nulo futuro que esas políticas ofrecen a jóvenes y no tan jóvenes, la falta de promesas cumplidas, la situación difícil actual de muchos de nosotros y las muchas espadas de Damocles que penden sobre nuestras vidas, hacen que la gente busque alternativas y oportunidades para salir a la calle. Verdaderamente vivimos una complicada y peligrosa situación de calma tensa que es necesario canalizar.

   El último año, la lucha de la comunidad educativa murciana fue todo un ejemplo que, con todos los problemas que tuvo, sirvió para frenar el duro ajuste que pretendía imponer el Gobierno Regional. Esa lucha, pese a las numerosas desconfianzas y falta de costumbre de salir a la calle, tuvo su origen en este mismo descontento del que estamos hablando, pero fue canalizada por la unidad de todos colectivos que decidieron que era el momento de dejar sus diferencias, para golpear como un puño por la educación pública. Es innegable que hubo diferencias no sólo entre los colectivos, sino distancias entre muchos de los que decidieron trabajar y organizarse y las mismas organizaciones que convocaban, pero lo que no se hubiera perdonado el último curso es que cada uno caminara por su cuenta. Sin esa unidad no hubiera sido posible nada de lo que conseguimos y habríamos perdido una oportunidad en la historia de nuestra Región. La unidad de los sindicatos de trabajadores, de colectivos de padres y estudiantes, de plataformas de docentes no es un fin en si mismo, pero hoy es una necesidad para resistir los recortes. Y la mayoría de la comunidad educativa echa en falta esa unidad.

    Y, junto a esa unidad, es necesario que la gente se organice, que piense, que vaya a asambleas, que organice asambleas, que denuncie a su organización cuando lo crea necesario, que pierda los miedos e inercias, y utilice sus energías para que los recortes caigan sobre los cuatro vividores que aplauden cada ajuste. Es necesario cambiar de la mentalidad pasiva de una sociedad del bienestar en la que todo nos lo daban hecho, a la de un momento de confrontación en la que tenemos que ser protagonistas y activos en la lucha por nuestros derechos.

    Los recortes, ya lo ha anunciado el PP y la Unión Europea, continuarán. Hay que cuadrar el déficit, es decir, hay que seguir ofreciendo los derechos sociales en el altar de los mercados ¿Hasta cuándo?

    Para nosotros en estos momentos cualquier intento divisionista es causa de crimen de lesa unidad y no podemos más que reprocharlo a quién lo haga. Es el momento de aunar fuerzas, de recuperar el comité de Resistencia. Un comité de Resistencia que acoja todas las expresiones democráticas en defensa de los servicios públicos. Los sindicatos de trabajadores, las asociaciones de estudiantes, las asociaciones de padres y madres, las plataformas de docentes y los colectivos sociales y políticos sensibles con los servicios públicos de calidad y radicalmente en contra de las políticas de austeridad y ajuste, de las políticas de represión y miseria a la que cada vez más parece abocado nuestro país. ¡Hay alternativas y personas dispuestas a llevarlas a cabo! ¡Pongámonos en marcha!

     En consonancia con esto, Somos Educación Publica llama a la participación en todas las actividades en defensa por los servicios públicos. Hemos apoyado hoy la concentración de interinos en defensa de su empleo. También la concentración contra la represión policial salvaje frente a las movilizaciones estudiantiles en Valencia de esta tarde-noche. Participaremos en la asamblea de docentes del miércoles 22 en el Salón de Actos de la Consejería de Educación a partir de las 17:30. Apoyamos asimismo los paros en todos los centros educativos el próximo Jueves 23 en solidaridad con la comunidad educativa valenciana y contra los recortes . Y marcharemos el próximo día 29 “¡Por el empleo y la justicia social!” ¡Unidos por los servicios públicos! ¡Dignidad y resistencia!

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